RONDA DE CALENTAMIENTO

Como todos sabemos, las fiestas no empiezan con el pregón del jueves, sino unos días antes con todo tipo de actividades para que los guiletos se vayan preparando para los cuatro días de fiesta propiamente dicha. Este año no ha sido una excepción, y es que ya una semana antes del comienzo las jóvenes promesas del fútbol guileto inauguraron el ambiente festivo con su primer partido en Hacinas. El partido fue un buen aliciente para reunir a una afición con muchas ganas de marcha que se lo pasó pipa animando a su equipo, el Mecerreyes F.C., aunque no hubo demasiada suerte con el asunto de los goles y los chicos acabaron algo decepcionados. ¡Pero aún quedaba la revancha! Y esta vez en Mecerreyes, en suelo conocido y con semejante afición que ni siquiera cabía en el polideportivo; los chicos se lucieron, tanto los pequeños como los mayores, con un 4/0 y 8/2 sucesivos; vamos, ¡una revancha en toda regla!

Además de la novedad del torneo de fútbol (cuyas fotos ya están en esta página en NOTICIAS AGOSTO 2011,  en el enlace: http://www.mecerreyes.com/mece/?p=3090), también se organizaron otras actividades, como el campeonato de frontenis, de todas las categorías (niños, femenino, masculino y mixto) y con gran participación en todas ellas, tanto de los jóvenes como de los ya veteranos, ¡muy animados todos ellos! También los niños pudieron disfrutar de los talleres en el parque, donde aprendieron a hacer carpetas recicladas, a teñir camisetas y a hacer pulseras de hilo. Además, los murales pintados por los más peques fueron expuestos en los laterales de la carroza de la corte. ¡Vaya orgullo!

También hubo hueco para las mayores del pueblo que, como en aquellos días de su infancia, se reunieron en la plaza para jugar a las tabas; pudieron recordar los juegos de entonces, y enseñarnos, de paso, a los más jóvenes. Parecía fácil pero, ¡já!, hacía falta maña (y no poca), que ellas, a pesar de los años que llevaban sin jugar aún conservaban; nosotros, por mucho que lo intentáramos, ¡buf!, no lográbamos acabar la primera ronda. Se reían “¡pero chicos, que no es tan difícil!” Y seguían ellas, encantadas.

El miércoles algunos ya sacamos nuestros petos del armario, y empezamos con el dilema de todos los años de a ver si entra o lo reventamos. Parece que hubo suerte en general, aunque algunos lo llevaran más apretadito que otros. Por la noche vinieron dos grupos de rock; hubo fallos técnicos que nos hicieron pensar que se nos iba todo al garete pero por suerte, y gracias a todos aquellos entendidos en esos temas que anduvieron implicados intentando solucionar el problema, los conciertos pudieron por fin salir adelante y animar la noche del miércoles. Ya estaba todo preparado; ¡al día siguiente empezaban por fin las ansiadas fiestas!

 

¡EL PISTOLETAZO DE SALIDA!

Jueves de fiestas. Los más madrugadores (¡los niños, cómo no!) se presentaron a las 11 de la mañana en la plaza para participar en el típico concurso de dibujo. ¡El pueblo está lleno de artistas! Como siempre, los trabajos presentados fueron muchísimos y fue difícil elegir entre todos ellos. A esas horas otros madrugadores (estos ya no tan niños) ya estaban preparando el parque para el pincho popular que se celebraría por la tarde. Esta misma tarde se bajó a la Virgen desde la Ermita al pueblo. En la ofrenda floral, a las siete, pudimos ver por primera vez a la corte luciendo todas sus galas, ¡guapísimos ellos!, y, tras celebrar el solemne acto en el que hubo representación de todas las peñas del pueblo, bajamos, con el estómago rugiente y acompañados por la música de los dulzaineros, al pincho que nos esperaba en el parque.

Con la tripa llena y alegría en el cuerpo nos volvimos a nuestras casas para dar los últimos retoques a los disfraces y prepararnos para el desfile de carrozas, antes de ir corriendo al pregón que daría comienzo a las fiestas de este año.

Alejandro nos dedicó unas palabras de apertura, tras las cuales algunos hombres, que habían estado ensayando en los días anteriores, entonaron el himno de Mecerreyes acompañados por los coros que cantaban, alegres, el resto de los presentes en el acto. Tras las palabras de la corte de honor, pudimos declarar que las fiestas, de una vez por todas, ¡habían empezado!

Así comenzó la noche, con la cabalgata, en la que observamos todo tipo de disfraces, desde piratas y Peter Panes hasta médicos (que estuvieron de guardia todas las fiestas, por cierto), cartas de póker… y siguió con la verbena, los bailes, y, cómo no, con las primeras caídas de la corte al pilón ¡agua fresquita para aliviar el sofocón de la verbena!

Disfruta de las fotos y queda más. Continuará…