Blanca Altable, (nieta de nuestro ilustre dulzainero Simón Altable) «considerada una de las jóvenes promesas del violín folk castellano», a quien pudimos ver, oir y aplaudir el pasado año en Mecerreyes en la Muestra de Dulzaineros, no necesita mucha presentación allá donde va, deja siempre un buen sabor de boca y no deja de recoger agradecimientos y elogios a su trabajo con el violín. Felicidades. En esta ocasión, el pasado 16 de julio de 2012, El Correo de Burgos ha realizado una bonita entrevista que puedes leer a continuación.

 

LA ENTREVISTA DEL LUNES / Blanca Altable

«Entre la guitarra y el violín hay sexo con amor»

 
Lun, 16/07/2012
 

A.S.R. / Burgos
Sus risas explotan a lo largo y ancho de la conversación. Llega con su inseparable violín metido en una funda floreada y se encomienda a un amuleto de cuarzo y ágata que cuelga de su cuello, hecho por ella misma, antes de lanzarse a bailar sobre una vida irremediable de jota. Siendo vos nieta de quien sos…
Pregunta- El flautista de Hamelín hoy es la violinista de Burgos. ¿A qué ratas habría que sacar de la ciudad?
Respuesta- ¡Jolines! La verdad es que… Uffff… Ratas hay en todas las ciudades. Desconozco últimamente lo que está sucediendo en esta porque vivo en Segovia y no podría opinar. Pero, en general, diría a los políticos corruptos, a la gente de mala fe y a los que no son honestos ni consigo mismos ni con los demás.
P.- Cuando Mayo mayea, Blanca Altable…
R.- Toca el violín todo el rato.
P.- Suena la música: Porque es una chica excelente, porque es una chica excelente… ¿Por qué?
R.- Porque he trabajado mucho en algo que me gustaba y a eso lo han considerado excelencia.
P.- ¿La excelencia pesa?
R.- No. Yo no me creo que sea nada excelente, simplemente curro en algo que me gusta y

Blanca Altable, El Correo de Burgos

adelante.
P.- ¿Cuánta culpa tienen Los Anises de su cuerpo de jota?
R.- Mucha o casi toda. Por mi abuela, mi abuelo y mi padre soy yo tan jotera.
P.- ¿Confundió alguna vez el chupete con la dulzaina?
R.- No lo recuerdo, pero espero que no.
P.- ¿Cómo suena un violín de noche y con la bota de vino como fiel compañera?
R.- Suena, como decía uno de Los Condestables, paposo.
P.- ¿Le ha escuchado así muchas veces?
R.- Alguna que otra, pero siempre entre amigos. Cuando voy a tocar no me gusta empinar la bota.
P.- ¿Y cuándo no va a tocar?
R.- Depende del día y de la ocasión.
P.- ¿Cómo son los besos que se dan el violín y la guitarra?
R.- Son muy bonitos. Diré algo que puede sonar un poco raro, pero mi compañero Chuchi y yo siempre decimos que hemos hecho el amor musical muchas veces. No somos pareja ni lo hemos sido ni lo seremos nunca, pero musicalmente hemos hecho el amor tantas veces, entre la guitarra y el violín, que los besos deben ser bonitos.
P.- ¿Hay más amor o más sexo entre ellos?
R.- Ayyyyy… Mmmmmm… Hay sexo con amor.
P.- ¿A quién quiere más la niña Blanca, a la jota burgalesa o a la segoviana?
R.- A la burgalesa porque es la que llevo dentro, son mis raíces.
P.- ¿Cuándo dijo: ‘A Dios pongo por testigo que no pisaré un Conservatorio’?
R.- Pues muy jovencita, creo que cuando tenía quince años. Dije que para mí eso no era y ahora me lo estoy planteando, pero me tira para atrás siempre. No estoy hecha para entrar en un Conservatorio, de momento.
P.- ¿Tuvo alguna pesadilla de niña?
R.- Lo pasé muy mal de niña con la música, en gran parte por culpa mía porque no era consciente de lo que había que trabajar para ser músico. Lo pasé mal, pero como casi todos. Siempre hay una experiencia infantil traumática.
P.- Al tío Tomasón le gusta el perejil en invierno y en abril. ¿Y a la tía Blanca?
R.- A mí en invierno y en abril me gusta siempre el violín.
P.- ¿Qué le sedujo de África y no pudo meter en su equipaje?
R.- Su música, su musicalidad y sus músicos. Me traje un poco en el corazón, pero no lo pude meter en una maleta.
P.- ¿Y de Croacia?
R.- Nada de especial, quizás el paisaje, la naturaleza.
P.- ¿Para cuánto rato tiene cuerda el Crisol de Cuerda Tradicional?
R.- Espero que para muchísimos años. Ojalá.
P.- ¿Cuántas veces tuvo que maullar la Gata Lola hasta que la hicieron caso?
R.- Un montón. Medio año por lo menos, en el sentido de que al inicio siempre hemos tardado más en arreglar los temas porque nos estábamos conociendo, pero esa canción la quisimos hacer desde el principio.
P.- Danceando, danceando, ¿dónde quiere llegar?
R.- Danceando quiero llegar a la luna.
P.- ¿Si Alasdair Fraser le dice ven lo deja todo?
R.- Depende a dónde diga ven y por qué. De hecho ya me ha dicho ven alguna vez para ciertos proyectos y no ha podido ser. Pero sí, sí, lo dejaría todo.
P.- ¿Cómo eran las chispas que saltaron cuando le dio el sí quiero a la música electrónica?
R.- Tenía muchos beats. Beat, beat, beat.
P.- ¿Cuánto Amor le dio Salvador?
R.- Salvador es un gran amigo y toda su música está llena de amor, valga la redundancia, aunque suene un poco cursi, pero su voz es todo amor. Es una de las mejores personas y cantantes que he conocido, de los que estremecen.
P.- ¿Y qué le prometió a un tal Fidel para que cayera rendida a sus pies?
R.- Le prometí que no le iba a dejar nunca y en eso estamos.
P.- ¿Y él a usted?
R.- Que me haría conocer el maravilloso mundo del arte y de la música, que es tan complejo que creo que solo conozco un 0,01%.
P.- ¿Y comen perdices y son felices?
R.- A veces sí, a veces no, como en todos los matrimonios.

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