(Audio que se escucha durante la visita):

 

BELEN DE MECERREYES:   AGUA, AGUA, AGUA…

 

¡Bienvenido¡ amigo, guileto o visitante a esta Iglesia de San Martín, de la Villa de Mecerreyes, a contemplar este “Belén de la Vida”, a contemplar el “Belén de la vida guileta”.

      Como sabes, a lo largo de más de 30 años -ininterrumpidamente- se instala este Belén o Nacimiento (todos los años diferente), en torno a un oficio, una labor, una artesanía, una costumbre o un lugar típico de Mecerreyes — (Este año, además,  estrenando nueva tecnología e iluminación)

     Y el tema central -no podía ser de otra manera- es el AGUA, tan necesaria y deseada para nuestros sedientos campos.

       Ahí tienes -a tu izquierda- el NACIMIENTO, ubicado en la denominada “Fuente de la Ermita” (a pocos metros estuvo situada la Ermita de la Virgen del Camino, hoy desaparecida).

     Agua y visitas no les va a faltar a la familia de Nazaret. Tampoco les va a faltar calor, pues al lado está el “Telar guileto”, seguro que una mantita y unos “patucos” (calcetines de lana), le regalaran al Niño.

        Siempre la fuente de la Ermita ha sido el manantial más preciado del pueblo (Decían los abuelos que era la misma “veta” de agua que arrancaba desde el pozo del “tío Policarpo”, pasando por el del “tío Restituto”  y que desembocaba en el pozo de “la Amancia” (madre de Luci), y de allí a la Ermita.

     Y como puedes comprobar, el agua discurre este año por todo el belén: en primer lugar el “Rio Laurel” (el que soñamos, no el real que está seco).-  Una cascada con el lobo dentro y un precioso gato montés (hoy desaparecido de la fauna guileta) que persigue a un conejo.  Cerca la reproducción de uno de los “Cubos-bebedederos” que llenaban el campo guileto, este en concreto es el de “Fuentegansino”, en los Llanos. A tu derecha un molino (movido, claro está, por agua). Las pozas de Carrecampo, donde las abuelas hacían la colada.-  En la huerta el pilón o abrevadero de los animales. Y, por último, la otra fuente del pueblo, denominada del “Tío Robustiano”, en la que acaban de beber Sus Majestades los Reyes Magos, que por detrás del Mesón de la Villa, se acercan al Nacimiento.

       Puedes contemplar los mil y un detalles y las más de 100 preciosas figuras (si contamos animales, pasarían de 200), algunas de nueva adquisición-regalo, como la doma del caballo (a la derecha) en la era situada encima de la tierra arada por una pareja de bueyes.

     Justo detrás del Nacimiento, el típico rebaño de cabras, delante del cual va el cura con el incensario y el monaguillo con la naveta (así llamada por su forma de nave). Se han enterado que ha nacido el Niño en la Fuente de la Ermita y van a adorarle…

     Saliendo del Mesón, por la puerta de las caballerizas, puedes contemplar la tradicional labor de la Matanza (que “a todo cerdo le llega su sanmartín”), primero “chamuscando” al cerdo, luego “estazando” y todo preparado y a punto: el gancho, las gamellas, el banco, el picadillo, la máquina de hacer chorizos y sabadeños….

     Al otro del Mesón, en cuya trastienda (abierta) puedes ver al mesonero “trasegando” vino de la cuba y descargando un carro de pellejos, está la Carretería, industria que llegó a ocupar a nueve familias en Mecerreyes.

     En un segundo plano, una Plaza del pueblo llena de niños jugando al truque, al marro, a los cacos, al himcarromero, a la trompa, a correr y a pillar….

     Al fondo, en  “Las Lomas” el típico palomar guileto (que habrás visto a la derecha de la carretera al entrar al pueblo). En  “Machicuchon” el muladar (comedero de las aves de carroña), los buitres se están dando un banquete.

     También al fondo (izquierda)-  como siempre la Iglesia Parroquial (nuestra pequeña Catedral) y a la derecha la “Anunciación de los Pastores”, si tienes paciencia puedes ver al Ángel (cuando oscurece)

     Calles y plazas del pueblo, llenas de vida y de gentes, también de niños, que – como el agua – son un bien escaso….

    A tu derecha, debajo de la corta de leña en el monte, puedes contemplar con todo detalle un Apicultor trabajando en su colmenar, con todos los aperos  necesarios…

    Sigue contemplando -amigo visitante- los detalles de este Belén Guileto, que poco más de media docena de artistas (apoyados por una docena de operarios), preparan cada año con cariño y esmero. Que no les falte nunca ánimo e ilusión para seguir deleitándonos con esta obra de arte.

Gracias por tu visita

 

Y un deseo – oración ante el Niño de Belén: agua para nuestra tierra sedienta y que el “agua de su amor”, riegue siempre nuestras vidas.

 

                                                                      ¡Feliz Navidad y Próspero Año 2018¡