Mecerreyes – EL CARBÓN VEGETAL Y LAS CARBONERAS

Es el producto natural resultante de la combustión incompleta de la madera en hornos de carbón o carboneras.

Observando atentamente el monte de Mecerreyes se puede detectar los lugares donde en su día hubo carboneras: son zonas llanas de forma redondeada, con restos de carbón muy desmenuzado, bien con tierra de color muy negro.

Para construir un horno, el primer paso es allanar el terreno, para preparar la era. Se prepara un castillejo de unos 70 cm. de altura con unos palos cruzados en el centro que servirán de apoyo para colocar los primeros troncos. En el hueco que deja el castillejo se introduce, vertical, un palo recto y muy largo (el perico). Para esta primera capa se van seleccionando los palos más finos que se van apoyando de pie, sobre el suelo, alrededor del castillejo. Sobre esta, se coloca una segunda capa con troncos de mayor grosor y sobre esta una 3ª y  una 4ª con los palos más gruesos.

A medida que se levanta el horno se va alzando el perico. Rellenando con palos delgados los huecos que queden entre los troncos de la superficie, de manera que la cúpula quede uniforme.

En todo el cerco del horno se colocan piedras grandes distantes entre si, aproximadamente medio metro, que se dejan para abrir las bocas, por las cuales respirara el horno. Apoyadas entre piedra y piedra se coloca una gavilla de támbaras. Desde la gavilla hasta la cima del horno se tapiza con la chasca que servirá de soporte a la tierra para que no se cuele al interior.

El aterrado del horno se hace desde abajo hacia arriba “a pala vuelta”, es decir sin esparcir la tierra, sino aplastándola con la misma pala.

Después de aterrar hay que tranquear para sujetar la tierra. Se ponen unas horquillas verticales sobre el horno y  cada dos de estas, se colocan  horizontales las trancas. En la copa del horno, en lugar de tierra se colocan céspedes, alrededor del perico, que se retira  del horno dejando un orificio que atraviesa el horno de arriba abajo (el caño). Es importante aterrar bien el lugar donde va la escalera. Para construirla se van alternando pares de piedras y trancas hasta la cima.

Cocción. En Abril o Mayo se enciende el horno. Se introducen por el caño unos palos cruzados y se echan encima las mejores ascuas para que se inicie la cocción, abriendo unas bocas y tapando a continuación el caño con un buen césped. El primer día será necesario reponer muy a menudo, cada dos horas, la leña que se va consumiendo alrededor del caño, para que el horno coja fuerza. Es lo que conocemos (por atacar el horno). Para ello se destapa el césped y se echan troncos pequeños de leña, se tapa de nuevo y se cubre de tierra. La combustión se propaga de arriba abajo y hacia el exterior.

A medida que pasan los días se va consumiendo y es necesario atacar de vez en cuando. Para dirigir la combustión se abren y cierran las bocas, en función de la dirección y fuerza del viento, de donde se encuentre  la lumbre etc. El carbón tarda en hacerse unas tres semanas dependiendo del tamaño del horno. Pasado este tiempo el carbón esta echo.

Extracción del carbón. Ayudados de rastros y rodillos se va abriendo y limpiando el horno de tierra, cantos y broza. La tierra se aparta y se criba. Con unos garfios de enebro se extraen los troncos de madera ya convertida en carbón (cañas) y se vuelve a tapar de nuevo con la tierra cribada para que no respire, dejando que se cuele la tierra entre las cañas para apagar la lumbre del interior. La extracción del carbón se va haciendo de forma sectorial destapando y volviendo a tapar.

Las cañas que se van sacando se depositan en  la era y se las deja enfriar vigilando que no se enciendan. Una vez frías se depositan en coloños o seras que se llenan con la sarda.

Generalmente los palos que se encuentran en cotando con el suelo no llegan a cocerse del todo es lo que conocemos como (tizos), estos se van apartando y al final se hace con ellos un horno pequeño.