Mecerreyes reivindica la propiedad de un dolmen con 1.000 firmas

Presenta sendos escritos ante la Dirección General de Patrimonio y el Procurador del Común para que «corrijan el error de localización» que sitúa el monumento en Cubillejo

B.G.R. / Burgos

La campaña de recogida de firmas impulsada el pasado verano por los vecinos y el Ayuntamiento de Mecerreyes, a los que se han unido los de Cuevas de San Clemente, ha concluido con la adhesión de 1.062 personas. Unos apoyos que fueron remitidos el pasado 31 de octubre al Procurador del Común y a la Dirección General de Patrimonio de la Junta para reclamar la corrección de lo que consideran un «error de localización» del dolmen de Mazariegos, que toma el nombre de un pueblo ya desaparecido, o de Cubillejo, donde se ha venido situando hasta la fecha y como popularmente se conoce el monumento.
A juicio de los promotores de esta reclamación, con el vecino Salvador Alonso a título particular y Julián Vicario como alcalde, el monumento funerario se encuentra localizado dentro del término municipal de Mecerreyes y no en el de Cubillejo. Una afirmación que, según Alonso, se sustenta en documentos y mapas oficiales recabados desde el año 2007. En este sentido, alude a los datos catastrales, el mapa topográfico del Instituto Geográfico Nacional y el acta de deslinde entre los municipios de Mambrillas de Lara y Mecerreyes que data de 1910.
Es la tercera ocasión en que los vecinos de esta localidad reclaman a las instituciones que se corrija el error en aras al «rigor histórico». «Es una confusión que perjudica al pueblo e incluso dentro de la universidad hemos encontrado voces que comparten nuestra postura», explica Alonso, quien hace hincapié en que esta acción, en ningún caso, pretenden buscar un enfrentamiento con Cubillejo.
De no ser atendida su demanda por parte del Procurador del Común, Javier Amoedo, y del director general de Patrimonio, Enrique Saiz, sus promotores no descartan acudir a los tribunales para reivindicar lo que consideran que está dentro de su término municipal. Alonso confía en que todo se solucione de manera cordial, aunque matiza que en caso de emprender acciones legales éstas irían contra la Junta y no contra el pueblo que actualmente tiene la propiedad del monumento funerario. «Hasta ahora no nos han tomado en serio», matiza.
De forma paralela a su reclamación, la campaña iniciada el pasado verano también quiere convertirse en toque de atención para reivindicar la conservación del monumento que fue declarado Bien de Interés Cultural en 1978. Tiene entre 5.000 y 8000 años de antigüedad, 27 metros de diámetro y 2,5 de altura. «Mientras en el registro de los BIC no se corrija el error, éste se seguirá propagándose sobre todo entre la comunidad científica», sentencia Alonso. 

Diario de Burgos, 11/11/2009